Los medios están cada vez más acorralados, el ciudadano de a pie les está ganando el pulso y aunque parece una partida de sólo pérdidas, el contrincante no se da por vencido. Los medios tradicionales están sacando sus principales armas, juegan sucio, muy sucio, y los simples mortales, con sus celulares, se están convirtiendo en héroes cuando le roban protagonismo a los susodichos.
Ejemplos claros de esta realidad son las elecciones en Estados Unidos, ganó Trump pese a la fuerte opresión y oposición mediática que aún continúa, el muy resonado Plebiscito en Colombia en el que ganó el NO, o que tal la marcha apoteósica del 1 de abril en contra de las negociaciones Farc – Santos, y en respuesta a la burla de los resultados electorales, el Brexit, y un sinnúmero de eventos desconcertantes que, gracias a las redes sociales, están afectando radicalmente el statu quo de los medios de comunicación y su influencia a lo que llamarían “la gran masa”.
Las elites han ido perdiendo protagonismo, su lacayo fidedigno está apabullado, da alaridos de rabia, pero no logra concentrar el rebaño, la gran mayoría de Teorías de la Comunicación se han venido abajo, no hay aguja hipodérmica que valga, y la agenda setting ha perdido vigencia, o no tiene el mismo valor que antes, su caída es inminente y su fin, inexorable, que sí o sí ocurrirá.
Lo positivo es que por fin la gente, usted y yo, no estamos tragando entero, sin embargo, para obtener provecho de los beneficios, es necesario informarse, consultar diferentes fuentes, vertientes y perspectivas, puntos de oposición que lo lleven a tener un criterio de todo el ensamblaje que, hasta entonces, estaba vedado a la inmensa mayoría excluida de un pequeñísimo camerino donde preparan los shows mediáticos.
Cifras esperanzadoras del MinTIC dicen que el 64% de los hogares colombianos ya tienen acceso a internet, y otro estudio del Cintel que el 88% es de uso en redes sociales, si a esto le añadimos el crecimiento exponencial anual por las nuevas generaciones que van siendo aptas para entrar al redil, podemos estar creando el frente más fuerte para el derecho a la libertad de expresión y de ser informados.
Por esto, mantengamos la esperanza en que estas elecciones presidenciales serán distintas, garantizadas por aquel blindaje democrático y no por los mass media que unos cuantos tengan en el bolsillo.




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